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Los orígenes de Anzizu, López & Castellanos se remontan a enero de 1904 cuando José María de Anzizu Morell se colegia como Procurador de los Tribunales en Barcelona y funda su propio despacho. Pronto cuenta con clientes importantes como  La Canadiense, Grupo Girona o La Maquinista, y a entidades bancarias como Caja de la Diputación de Barcelona o Bank of London & South America. Licenciado en derecho e implicado en la fundación del Orfeó Català, Anzizu Morell destacó en el ámbito civil y formó un equipo de una decena de personas. En 1936, su despacho fue colectivizado y dos años después, en 1938, falleció.

La empresa reabrió en 1939 en manos de José Ignacio de Anzizu Borrell que recogió el legado profesional de su padre. En 1947 La Canadiense fue declarada en quiebra y, durante más de veinte años, el despacho asumió centenares de pleitos vinculados a esa compañía, que se convertiría luego en Fecsa y Endesa; siendo uno de los pleitos más importantes de la historia judicial española. En 1958, la implicación de Anzizu Borrell y de otros exalumnos de los Jesuitas de Caspe permitió la fundación de la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (ESADE). Esta escuela de negocios no solo ayudaría al crecimiento empresarial del despacho sino también a su progresiva informatización.

La firma fue heredada en 1969 por Antonio de Anzizu Furest, que renovó profundamente la empresa y potenció las prácticas de formación para estudiantes universitarios, entre los que estuvo Federico Barba Sopeña, con quien se asoció en 1971.

Anzizu, López y Castellanos, procuradores de los tribunales

El despacho en 1921.

La renovación informática se produjo durante la década de los setenta, con la introducción de un programa pionero para la contabilidad del despacho y la informatización de procedimientos.

El despacho aumentó su plantilla y el número de clientes  y, en 1998, se convirtió en Anzizu, Barba & López con la incorporación de Ignacio López Chocarro. Su entrada consolidó una firma centenaria, que ha seguido renovándose con la llegada como socios de Ignacio de Anzizu Pigem en 2009 y Eulalia Castellanos Llauger en 2014. En este periodo la dirección de servicios financieros y administrativos fue asumida por Alberto Burés, ingeniero químico por IQS.

Tras la jubilación de Federico Barba y de Antonio de Anzizu,  Anzizu, López & Castellanos emprendió una nueva etapa con el traslado de su sede a unas nuevas oficinas más modernas en la c/Juan Gris, junto a la Ciudad de la Justicia de Barcelona y el inicio de sus actividades en Madrid a partir de 2018. En su cuarta generación dedicada a la Procura, el despacho se mantiene fiel a su larga historia pero mirando siempre hacia el futuro.

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